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domingo, 12 de mayo de 2013

El Tratado de Versalles: ¡Adiós Gran Guerra!

Fragmentos del Tratado de Versalles 1919

"Los Estados Unidos de América, imperio británico, Francia, Italia, Japón, potencias designadas por el presente tratado como las principales potencias aliadas y asociadas, de una parte (...) y Alemania, por otra, han convenido las siguientes disposiciones (...):


Art. 42. Se prohíbe a Alemania mantener o construir fortificaciones, sea sobre el lado izquierdo del Rin, sea sobre su lado derecho.
Art. 43. Se prohíbe igualmente en la zona definida en el art. 42, el mantenimiento y la concentración de fuerzas armadas (...).
Art. 45. En compensación de la destrucción de las minas de carbón en el norte de Francia (...) Alemania cede a Francia la propiedad entera y absoluta de las minas de carbón situadas en el Sarre.
Art. 119. Alemania renuncia, en favor de las principales potencias aliadas y asociadas, a todos sus derechos y títulos sobre sus posesiones en ultramar.
Art. 160. El ejército alemán será destinado exclusivamente al mantenimiento del orden sobre el territorio y a la policía de fronteras.
Art. 231. Los gobiernos aliados y asociados declaran y Alemania reconoce que Alemania y sus aliados son responsables, por haberlos causado, de todas las pérdidas y todos los daños sufridos por los gobiernos aliados y sus naciones como consecuencia de la guerra, que les ha sido impuesta por la agresión de Alemania y sus aliados."
Art. 232. Los gobiernos aliados y asociados exigen y Alemania adquiere el compromiso de que sean reparados todos los daños causados a la población civil de las potencias aliadas y asociadas, y a sus bienes.

Fuente: www.claseshistoria.com, Organización de la paz / Tratado de Versalles


El Tratado de Versalles (1919) fue un tratado de paz firmado por las potencias europeas que pusofin oficialmente a la Primera Guerra Mundial, despues de seis meses de negociacion, en la ciudad de Paris. El Tratado de Versalles fue firmado como continuacion al armisticio de noviembre de 1918, en Compiègne, que habia puesto fin a los enfrentamientos. El principal punto del Tratado de Versalles determinaba que Alemania aceptaría todas las responsabilidades por causar la Gran Guerra (asi se conocia a la Primera Guerra Mundial antes de que aconteciera la Segunda Guerra Mundial) y que sobre los terminos de los articulos 231-247, que fijaba indemnizacion de guerra para las potencias vencedoras "La Triple entene".

Fin de la Gran Guerra y el Tratado de Versalles
Los terminos impuestos a Alemania incluian la perdida de una parte de su territorio para un numero de naciones fronterizas, de todas las colonias en el oceano y sobre el continente africano, y una restriccion al tamaño de su ejercito. Alemania tambien pudo que reconocer la independencia de Austria. El ministro del exterior aleman, Hermann Müller, firmo el Tratado de Versalles en el 28 de junio del año 1919. El tratado fue ratificado por la Liga de Naciones (o Sociedad de Naciones) el 10 de enero de 1920. En Alemania el Tratado de Versalles causo estupor y humillacion en la poblacion, o que contribuyo a la caida de la Republica de Weimar en el año 1933 y la ascension del Nazismo con Adolf Hitler como lider o Führer del III Reich aleman.

Condiciones del Tratado de Versalles 

El Tratado de Versalles tambien estipulo la creacion de la Sociedad de Naciones (o Liga de Naciones), por iniciativa del presidente norteamericano Woodrow Wilson y sus famosos "14 Puntos". La Sociedad de Naciones pretendia arbitrar las disputas internaciones y por medio de eso evitar futuras guerras. El presidente frances Clemenceau era el más vigoroso en las represalias contra Alemania, ya que gran parte de la guerra había transcurrido en suelo frances.

Otras clausulas incluian la perdida de las colonias alemanas y de los territorios que Alemania habia anexado e invadido durante la guerra:

Disposiciones Territoriales del Tratado de Versalles 
  • Los territorios de Alsacia y Lorena cedidos a Alemania en el acuerdo de Paz firmado en Versalles el 26 de enero del año 1871 y el Tratado de Frankfurt el 10 de mayo del año 1871, serian devueltos a Francia (esas region de un area de 14.522 km², 1.815.000 habitantes)
  • La SonderJutlandia seria devuelta a Dinamarca si asi lo decide un plebiscito en la region (toda la region de Schleswig-Holstein tuvo el plebiscito, siendo la SonderJutlandia la unica region que se decidio a separarse) ((region con un area de 3.984 km², 163.600 habitantes, en el año 1920).
  • Las provincia de Posen y Prusia Occidental, que Prusia habia conquistado en las particiones de Polonia, serian devueltas a Polonia despues de que la poblacion local gano su propia libertad en la Revolucion de Polonia.
  • Perdida de la Alta Silesia para el pais de Checoslovaquia y Polonia ( a pesar del plebiscito que determino que el 60% de la poblacion preferia seguir bajo el dominio de Alemania)
  • Perdida de las ciudades alemanas de Eupen y Malmedy que pasaron a dominio del pais de Belgica.
  • Perdida de la parte septentrional de Prusia Occidental, de la region de Klaipeda, que quedo bajo control frances, despues transferida al pais de Lituania.
  • En la parte oriental de Prusia Occidental y la parte sur de Prusia Oriental (Warmia y Masuria) pequeñas regiones fueron entregadad a dominio polaco.
  • La provincia alemana de Sarre fue entregada a la administracion de la Sociedad de Naciones por 15 años.
  • La ciudad alemana de Danzing tambien fue entregada a la administarcion de la Sociedad de Naciones.
La perdida territorial francesa de las regiones de Alsacia y Lorena despues de la derrota en la Guerra franco-prusiana y la destruccion, y el saqueo del norte de Francia por las fuerzas alemanas, propicio la firme posicion francesa por las reparaciones economicas y devoluciones territoriales de Alemania a las naciones vencedoras. El Tratado de Versalles restriccion el numero del ejercito aleman a menos de 100, 000 soldados, prohibieron la fabricacion de tanques y de artilleria pesada. La marina alemana fue disminuida a solo 15 000 marineros con solo seis navios de guerra, seis cruceros, 12 contratorpederos y con la prohibicion de fabricacion de submarinos. La fuerza aerea aleman (Luftwaffe) fue prohibida de funcionar.
Fuente: lahistoriacultural@gmail.com, www.historiauniversal.com

La semana Trágica

En diciembre de 1918 comenzó una huelga en los talleres metalúrgicos Pedro Vasena e Hijos. La industria metalúrgica se había visto profundamente  afectada por la Primera Guerra Mundial e intentaba bajar costos. Los obreros, a su vez, pretendían obtener mejoras en sus condiciones de trabajo y en sus salarios. La huelga pronto se convirtió en un conflicto sindical generalizado que terminó con 700 muertos y cerca de 4000 heridos, y pasó a la historia como la Semana Trágica. Para recordar este episodio, hemos adaptado un extracto del libro Los mitos de la historia argentina III, de Felipe Pigna.
Fuente: Adaptación de Los mitos de la historia argentina III, de Felipe Pigna, Editorial Planeta, 2006
Enero sangriento: una masacre obrera conocida como “la Semana Trágica”
La huelga de los 2.500 trabajadores metalúrgicos había comenzado el 2 de diciembre. No pedían demasiado: jornada de ocho horas, salubridad laboral y un salario justo. Para ese entonces los Vasena habían vendido la fábrica a una empresa inglesa, pero seguían gerenciándola. Los antepasados de Adalbert Kriegar Vasena, ministro de economía de Onganía, se mostraron intransigentes frente a lo que llamaban la “insolencia obrera”. Lo que naturalmente puso más “insolentes” a los trabajadores, que decidieron tomar la fábrica y armar un piquete en la puerta del establecimiento en defensa de sus derechos. El señor Vasena tenía buenas relaciones con el gobierno, particularmente con el señor Melo, que además de ser un notable militante radical cercano a Yrigoyen era a la vez asesor legal de Vasena. Y logró que enviaran rápidamente policías y bomberos para castigar la “insolencia” de los explotados organizados.
Todo comenzó el 7 de enero, a eso de las tres y media de la tarde, con un grupo de huelguistas que había formado un piquete tratando de impedir la llegada de materia prima para la fábrica. En ese momento, los conductores que pasaron por donde estaban los huelguistas, develando su verdadera función, comenzaron a disparar sus armas de fuego contra los trabajadores. Al grupo de rompehuelgas se sumaron inmediatamente las fuerzas policiales que estaban destacadas en la zona desde el comienzo de la huelga. Se vivió un clima de pánico en el barrio, la gente corría a refugiarse donde podía.
Cuando terminó de escucharse el ruido ensordecedor de los balazos el saldo fue elocuente: cuatro muertos. Tres de ellos habían sido baleados en sus casas y uno había perecido a causa de los sablazos propinados por la policía montada, los famosos “cosacos”. Hubo además, más de 30 heridos. Según La Prensa fueron disparados más de 2.000 proyectiles por unos 110 policías y bomberos. Sólo tres integrantes de las fuerzas represivas fueron levemente heridos. (…)
La historia oficial no recoge los nombres de los muertos del pueblo. Ellos fueron: Juan Fiorini, argentino, 18 años, soltero, jornalero de la fábrica Bozzalla Hnos., que fue muerto mientras estaba tomando mate en su domicilio de un balazo en la región pectoral; Toribio Barrios, español, 42 años, casado, recolector de basura, muerto en la avenida Alcorta frente al número 3189, de varios sablazos en el cráneo; Santiago Gómez Metrolles, argentino, 32 años, soltero, recolector de basura, de un balazo en el temporal derecho mientras se hallaba en la fonda de avenida Alcorta 3521, de Lázaro Alberti; Miguel Britos, casado, jornalero, muerto a consecuencia también de heridas de bala. Según el propio parte policial que reproduce La Nación, ninguno fue muerto en actitud de combate, ninguno estaba agrediendo a las fuerzas represivas.(…)
Frente a la gravedad de los hechos, uno de los causantes de toda esta tragedia, don Alfredo Vasena, se dignó a reunirse con los delegados gremiales en el Departamento de Policía y les ofreció la reducción de la jornada laboral a 9 horas, un 12 % de aumento de jornales y admisión de cuantos quisieran trabajar. Como la reunión se hizo larga, se decidió continuarla al día siguiente en la propia fábrica. Los obreros llegaron puntualmente a las diez, pero don Vasena se negó a reunirse argumentando que entre los delegados había activistas que no pertenecían a su plantel.
Los obreros armados de cierta paciencia conformaron otra delegación que presentó el pliego de condiciones de los huelguistas: jornada de 8 horas, aumentos de jornales comprendidos entre el 20 y el 40 %, pago de trabajos y horas extraordinarias, readmisión de los obreros despedidos por causas sindicales y abolición del trabajo a destajo. Vasena prometió contestar al día siguiente y, a pedido de los obreros, ordenó que dejaran de circular las chatas de transportes. Pero los hechos se iban a precipitar.
Los muertos que vos matáisAquel jueves 9 de enero de 1919 Buenos Aires era una ciudad paralizada. Los negocios habían cerrado, no había espectáculos, ni transporte público, la basura se acumulaba en las esquinas por la huelga de los recolectores, los canillitas habían resuelto vender solamente La Vanguardia y La Protesta, que aquel día titulaba: “El crimen de las fuerzas policiales, embriagadas por el gobierno y Vasena, clama una explosión revolucionaria”. Más allá de las divisiones metodológicas de las centrales obreras, la clase trabajadora de Buenos Aires fue concretando una enorme huelga general de hecho. Los únicos movimientos lo constituían las compactas columnas de trabajadores que se preparaban para enterrar a sus muertos.
Eran hombres, mujeres y niños del pueblo, con sus crespones negros y sus banderas rojas y negras, eran socialistas, anarquistas y sindicalistas revolucionarios que salían a la calle para demostrar que no le tenían miedo a la barbarie “patriótica” de los dueños del país, para dar claro testimonio de que no los asustaban las policías bravas y ahí andaban con su única propiedad, sus hijos, por las calles de aquella Buenos Aires que hacía historia. Lo único que pretendían era homenajeara sus mártires y repudiar la represión estatal y paraestatal. Previsor, el jefe de policía Elpidio González había solicitado y obtenido aquel mismo día del presidente Yrigoyen un decreto que aumentaba en un 20 % el sueldo de los policías a los que les esperaba una dura faena.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar

sábado, 11 de mayo de 2013

1917 en el mundo

Estados Unidos ingresa a la Gran Guerra en el año 1917, ya que se vio perjudicado por diferentes factores:
  • los alemanes habían declarado la guerra naval sin restricciones, por lo tanto cualquier barco avistado, que no sea alemán iba a ser hundido, principalmente por los submarino alemanes. Esto es lo que más influyó sobre EE.UU., no solamente porque fueron hundidos barcos con pasajeros, sino también por aquellos que eran de transportes, que podían llegar a transportar elementos de valor, como oro, plata, petróleo, mercaderías, etc; era pérdida de capital.
  • era aliado de Francia y Rusia, por lo tanto los iba a ayudar a la fuerza
  • el presidente Wilson quería influir la formulación de un tratado de paz
Mientras tanto, Rusia había sido el primer país en salir del conflicto, ya que la revolución social producida por los bolcheviques el 24 de octubre, ya fuertes por el soviet de Petrogrado y hartos de la guerra, rodearon el Palacio de Invierno, donde sancionaba el Gobierno Provisional y ocuparon cargos ferroviarios y en las oficinas de telégrafos. esa noche no tuvieron tanto éxito, sin embargo la noche del día siguiente habían logrado vencer a la vieja revolución de febrero; del Gobierno provisional. Y así, se conformó un nuevo gobierno: Concejo de Comisarios del Pueblo, liderado por Lenin.
También ese mismo año Finlandia logra independizarse del Imperio Ruso al desmantelarse.

Fuente: Loren Di Lorenzo, texto redactado a partir del libro escolar Historia (El período entre guerras), 4to año secundaria, serie Huellas, Editorial Estrada

viernes, 10 de mayo de 2013

Sí, las anécdotas de la Gran Guerra sobreexisten...


UNA NOCHE DE NAVIDAD EN LAS TRINCHERAS 

Por alguna razón desconocida hasta ahora, la victoria más grande que obtuvo el hombre en la primera guerra mundial ha sido sistemáticamente silenciada por la historia. Ocurrió en la Navidad de 1914. Esa noche un espíritu de paz y fraternidad prendió en forma espontánea e incontenible entre los soldados que, abandonando sus armas, corrieron a abrazarse en medio del campo de batalla.
Entonces se había iniciado ya una de las peores pesadillas del siglo: “la guerra de trincheras”. Después de las grandes batallas que se libraron durante los dos meses iniciales de la guerra, el frente se estancó en un terrible empate. Los enemigos se situaron en posiciones defensivas casi inamovibles y la guerra que tradicionalmente había sido una operación de maniobras y movimientos se petrificó, dando lugar a una contienda de desgaste, a un desangramiento lentísimo. En esas circunstancias la guerra iba a ser ganada por las naciones o alianzas que tuvieran mayor capacidad para seguir enviando víctimas frescas, nueva carne de cañón a las trincheras.


Desde el Canal de la Mancha hasta la frontera franco-suiza, se extendían frente a frente las trincheras enemigas de primera y de segunda línea. Allí en pocas horas los cadáveres se acumulaban hasta alcanzar alturas de un metro y más. Los soldados vivían el interminable calvario de las heladas, el barro, las inundaciones, los piojos, las infecciones y el hambre. A todo eso se agregaban los bombardeos, los asaltos y más tarde los ataques con lanzallamas y gases tóxicos que reventaban los pulmones y los ojos.
“Las trincheras se excavaban con todos los medios aprovechables —recordaba un capitán francés de infantería—. Se queda uno estupefacto cuando se traslada retrospectivamente a esos fosos apenas suficiente para guarecer a un hombre de pie, con troneras por las cuales con dificultad lograba asomarse la cabeza... Fue ése un verdadero período de retomo a la choza primitiva. Los hombres, acostados unos contra otros encima de un poco de heno, se daban calor mutuamente...”
“La alambrada de púas es la obsesión del soldado de infantería —anotaba en una carta un combatiente anónimo—. Toda su audacia, su valor se anulan en cuanto tropieza en el asalto con una red a medio destruir. Sabe que si se engancha en las mallas enredadas, los hilos de la red lo mutilarán y allí quedará aprisionado para sufrir una lenta agonía”.
Sin embargo, en medio de ese infierno, se originó un suceso que ayuda a mantener viva la confianza en el hombre.
La noche de Navidad de 1914 hubo una luna esplendorosa en diversos lugares del frente occidental. La tierra estaba helada y blanca y una calma inusual se extendió a lo largo de las excavaciones y de las alambradas. De pronto los ingleses advirtieron que varias luces comenzaban a encenderse en las líneas enemigas. Al principio no se explicaron lo que ocurría. Después, alguien se dio cuenta de que al otro lado de la “tierra de nadie”, una franja de cerca de 50 metros que separaba las trincheras, los alemanes estaban preparando arbolitos de pascua. Cerca de las 12 se escucharon coros entonando la tradicional canción navideña: “Noche de paz, noche de amor...”, y otros villancicos.
Cada vez que los alemanes concluían una canción, sus enemigos ingleses los aplaudían. Los británicos, entusiasmados con la celebración, improvisaron sus propios coros y así la casi cinco meses de guerra, no se escucharon disparos en el mundo.
Como se ha dicho, el suceso fue y sigue siendo olvidado. Los informes oficiales hablan de una tregua espontánea o se limitan a reproducir la fórmula de “sin novedad en el frente”, que Erich María Remarque usaría como título para una de las novelas antibélicas más populares de la postguerra. Los textos de historia no mencionan el asunto y sólo se ha dado cuenta de él en artículos aislados de publicaciones pacificistas y en revistas como lasSelecciones del Reader’s Digest.
Cuando los altos mandos militares se enteraron de lo que realmente había sucedido, dispusieron serias medidas para evitar que se siguiera propagando esa epidemia de fraternidad. La publicidad de guerra de ambos bandos había pintado al enemigo como un conjunto de monstruos capaces de las peores atrocidades. Si seguían dándose la mano los unos con los otros, iban a comprobar que eran buenas personas y eso resultaba peligroso para los grandes poderes que provocaron y que mantenían el conflicto.


¿Pudo la tregua de 1914 haber puesto fin a la Primera Guerra Mundial?

Un sobreviviente, Albert Moren, cree que sí. “Si la tregua se hubiera prolongado otra semana”, asegura, “habría sido muy difícil reiniciar la guerra”. En este caso se habrían salvado casi nueve millones de hombres que morirían antes del Armisticio.

La tregua navideña de 1914 continuó en algunos sectores del frente hasta el Año Nuevo, y aún después. “tuvimos que dejar que durara todo ese tiempo”, explicó un alemán, en una carta enviada a su casa. “Queríamos ver cómo salían las fotos que ellos nos tomaron”. 


Fuente: Anónimo, Una noche de Navidad en las trincheras, www.portalplanetasedna.com.ar

Mientras tanto en Argentina...

Fallece Roque Sáenz Peña y Victorino de la Plaza ocupa la presidencia. En el desempeño del cargo mantuvo al país en la neutralidad al producirse el estallido de la Primera Guerra Mundial. Ese mismo año se realiza el tercer censo nacional argentino. En 1916 aseguró la realización de las primeras elecciones presidenciales en las cuales se aplicó la ley del sufragio hecha sancionar por Sáenz Peña. El 12 de Octubre de ese año hizo entrega del mando a Hipólito Irigoyen. Falleció en Buenos Aires el 2 de Octubre de 1919.


Fuente: redactado a partir de www.historiadelpais.com.ar




El hundimiento del Titanic (1912)

El Titanic, maravilla tecnológica de su tiempo
Desde un principio, el viaje inaugural del Titanic es marcado por la tragedia.  Se dice que al moverse majestuosamente el inmenso barco de 46,329 toneladas de su amarradero en Southampton, queda junto al trasatlántico New York, que estaba anclado.  

De pronto se escucharon voces de alarma al enredarse como cordón las gruesas cuerdas de amarre de ambo barcos, y luego empezaron a ser arrastrados junto por alguna fuerza desconocida.  

El Titanic fue detenido justo a tiempo luego que la extraña "succión cesó, y en seguida los remolcadores abrieron camino lentamente al New York para llevarlo de vuelta al amarradero.  

Una situación idéntica se presentó sólo unos minutos después, cuando el Teutonic también se enredó en las cuerdas del Titanic y lo siguió de cerca varios grados hasta que el Títanic logró deslizarse.

Posteriormente, el trasatlántico fue remolcado hacia el mar abierto y la tranquilidad volvió a la tripulación a su capitán, Edward-Smith.  La cubierta temblaba casi imperceptiblemente ante el empuje de sus imponente turbinas: era el barco más grande, el mejor y el más seguro que se hubiera construido.  Para garantizar esa seguridad, 15 mamparas transversales lo subdividían de proa a popa y un doble fondo significaba una garantía más contra accidentes.  Era, en la mente de todos los que estaban tanto en tierra como a bordo, lo máximo: el barco insumergible.

Después de una breve visita a Cherburgo, el Títanic salió de Queenstown (ahora Cobh), Irlanda, durante la noche del jueves 11 de abril de 1912 y entró al Atlánti­co, en aguas que el veterano capitán Smith conocía muy bien.  Navegó constantemente hacia el oeste sin ningún incidente; el mar estaba calmado y el clima despejado aunque muy frío, al grado de que la tempe­ratura bajó dramáticamente durante la mañana del domingo 14 de abril, y varios mensajes recibidos por el operador de radio del Titanic advirtieron sobre el peligro de encontrar ¡cebergs.

El barco proseguía su marcha a toda velocidad y sus luces titilaban sobre el agua oscura y tranquila: sus máquinas lo impulsaban a una velocidad constante de nudos.  De pronto, justo antes de la medianoche, un vigía gritó: "¡Iceberg al frente !"


Se dieron órdenes desesperadas para hacer girar el barco hacia el puerto, pero era demasiado tarde.  Cuando empezaba a girar, un inmenso iceberg raspó su estribor a todo lo largo y luego se deslizó a la popa y se perdió en la noche.  El capitán Smith estaba en el puente antes de que su primer oficial Murdoch pudiera comunicar la orden de: "¡Paren máquinas!" Ordenó cerrar herméticamente todos los compartimentos estancos y luego pidió al cuarto oficial Boxhall que hiciera sondeos.  El joven oficial estaba a punto de retirarse cuando el carpintero del barco llegó al puente para informar: "¡Está haciendo agua rápidamente!"

Los pasajeros que aún estaban despiertos no se dieron cuenta de lo que ocurría, porque el impacto había sido suave.  Lawrence Beesley, uno de los sobrevi­vientes, declaró que "no hubo ruido de choque o de otra cosa; no se sintió el choque, ninguna sacudida de un cuerpo pesado chocando con otro..."

Sobre la cubierta, y no obstante el intenso frío, algunos pasajeros entusiasmados sostenían una "batalla" con bolas de nieve, usando el hielo que el mortífero témpano había depositado durante el breve en­cuentro con el barco, mientras que otro pasajero, que no quería dejar la comodidad del salón de estar, alargó un vaso y pidió a un amigo que "viera si había llegado un poco de hielo a bordo".

Algunos pasajeros preguntaron a los camareros por qué se habían parado las máquinas, y éstos les aseguraron que no había motivo de alarma.  Los camareros actuaban de buena fe, pues hasta el momento creían realmente que todo estaba bajo control.  Allá abajo, sin embargo, la historia era diferente.  Los hombres del primer cuarto de calderas se encontraban


nadando en fuertes torrentes de agua que se precipitaban a través de una enorme grieta en el costado del barco.  Lograron llegar al siguiente cuarto de calderas, y luego al siguiente, hasta entrar al número 4, que estaba casi a la mitad del buque y donde aún no llegaba el agua.

Al darse cuenta de que el daño era grave, el capitán Smith fue al cuarto de radio, donde los dos operadores de radio, Jack Phillips y Harold Bride, estaban listos para recibir o transmitir señales, y les dijo que el barco había chocado con un iceberg y quería que estuvieran listos para enviar una llamada de auxilio.

Cuando regresó al puente era obvio que el Titanic se hundía lentamente.  El témpano había abierto un corte en la proa de estribor del largo de la tercera parte de la longitud del barco, y el agua helada del Atlántico entraba incontrolable y copiosamente.  A las 00:25, unos minutos después de la colisión, el capitán Smith ordenó que se descubrieran los botes.  Diez minutos después regresó al cuarto de radio para ordenar a los operadores que empezaran a transmitir, agregando perturbado: "Podría ser la última oportunidad".  Inmediatamente, el llamado urgente crepitó en la noche transmitiendo lo que había ocurrido, dando la señal de llamada MGY del barco y su posición, y pidiendo ayuda urgente. 
La señal fue captada por dos trasatlánticos, el Frankfort y el Carpathia, y el capitán de este último preguntó dos veces a su operador si había leído correctamente el mensaje, pues no creía que el "insumergible" Titaníc pudiera hallarse en problemas.  Cuando se confirmó el llamado de auxilio, ordenó a su operador responder que iría al rescate a toda velocidad, y pidió a sus ingenieros que le dieran "toda la información que tenían".

Mientras tanto, los camareros del Titanic iban de camarote en camarote, tocando a las puertas y pidiendo a los ocupantes que se pusieran ropa adecuada para el frío y se dirigieran a las estaciones de botes con sus chalecos salvavidas.  Todavía ignorantes de la gravedad de la situación, la mayoría de los pasajeros hicieron lo que se les pidió, aunque algunos se negaron a salir del calor de sus camarotes por lo que consideraban simplemente un inesperado y desconsiderado ejercicio de adiestramiento para evacuación.

Los botes fueron colgados y se dio la orden: "¡Mujeres y niños solamente!".  Al principio hubo renuencia a abandonar el barco porque éste parecía tan seguro, tan cómodo comparado con los frágiles botes.  Beesley declararía después: "El mar estaba tranquilo como un lago interior, excepto por el suave oleaje que no podía provocar movimiento alguno a un barco del tamaño del Titanic.  Permanecer en cubierta, a muchos metros por encima del agua que golpeaba indolentemente contra el costado brindaba una sensación de maravillosa seguridad..."

 Todos se comportaban de manera calmada, casi indiferente.  Hasta ese momento no había aparecido el pánico que reina en otros barcos en circunstancias parecidas ante el peligro de perder la vida ahogados; sólo se presentó una desagradable escena entre los pasajeros de tercera clase, misma que fue controlada rápidamente por los oficiales.


 Finalmente, los botes empezaron a ser cargados de pasajeros y bajados lentamente, aunque en realidad no los depositaron en el mar, porque el capitán Smith recibió las respuestas a su señal de socorro, especial­mente por parte delCarpathía que informó estar a sólo 60 millas de distancia y aseguró que llegaría en cuatro horas.  Sin embargo, el capitán pronto se dió cuenta de que su barco se hundía más cada minuto que pasaba, y sabía que, al hundirse la proa y levantarse el estribor sería más difícil bajar los botes, algunos de los cuales sólo estaban ocupados a la mitad de su capacidad, pues muchas mujeres se rehusaban a dejar a sus esposos.  La esposa de Isador Strauss fue una de ellas y expresó firmemente: "Donde tú vayas, yo voy".  Así, permanecieron juntos... y murieron juntos.

Mientras los botes chapoteaban abajo, las notas de Nearer My God to Thee flotaron en la noche, emiti­das por un grupo de músicos del barco que se había reunido en la cubierta con sus instrumentos.  Algunos pasajeros se unieron al canto, otros miraban fijamente sobre el costado del barco para echar una última mirada y prolongada vista hacia los rostros de sus seres amados antes de que se volvieran indistinguibles en la oscuridad.  Las tripulaciones de los botes salvavi­das estaban integradas casi todas por camareros y fogoneros, pues los oficiales y casi todos los marineros permanecieron a bordo para ayudar a los que se quedaban.

Dos horas después de que chocara el trasatlántico, el capitán Smith ordenó: "¡Abandonen el barco! ¡Cada hombre por sí mismo!" El permaneció en el puente y no se le volvió a ver.  A pesar de la orden, Phillips y Bride aún estaban transmitiendo, urgiendo a los barcos que venían en su rescate para que se apresuraran, hasta que la energía falló y salieron a cubierta.

Los de los botes miraban hacia atrás al imponente barco que se hundía.  El barco, de casi 300 metros de largo con cuatro enormes chimeneas y que todavía brillaba con la luz resplandeciente de claraboyas y salones, ahora estaba bajo por las amuras y hundiéndose despacio pero perceptiblemente.  El ángulo se hizo más abierto al levantarse el estribor, luego se inclinó hasta alcanzar una posición casi vertical y permaneció unos momentos así, casi inmóvil.  Al balancearse, todas sus luces se apagaron de repente y se produjo un profundo estruendo cuando toneladas de maquinaria se cayeron y rompieron hacia la proa.  En seguida el enorme trasatlántico se deslizó hacia adelante y hacia abajo, cerrándose las aguas sobre él como una mortaja.

Poco después de las 04:00 horas, el Carpathia que realizó una peligrosa carrera en las aguas a una velocidad hasta entonces desconocida (para él) de 17 nudos, llegó al escenario de la tragedia a las 08:00 horas había rescatado a los ocupantes de todos los botes.  Con él estaba el California, un trasatlántico que se había detenido durante la noche a menos de 10 millas del Titaníc y cuyo capitán sería severamente criticado por no observar los cohetes de auxilio del navío accidentado.

El mundo entero quedó conmocionado cuando se proporcionó el saldo final del desastre.  De las 2,206 personas a bordo, 1,513 murieron o desaparecieron; la mayoría eran miembros de la tripulación y pasajeros varones del mayor desastre marítimo de todos los tiempos.  La investigación dio como resultado la creación de la International Ice Patrol (Patrulla Internacional del Hielo) así como una reglamentación más estricta en cuanto a la provisión de suficientes botes salvavidas para acoger a todas las personas que están a bordo de los barcos.

Datos concretos
Titán (Futility)
Titanic
Pasajeros2.1772.227
Botes salvamento2420
Tonelaje70.00066.000
Longitud240 mts.268 mts.
Velocidad Impacto24 nudos23 nudos
Número de hélices33
Lugar de partidaSouthamptonSouthampton
Lugar de naufragio400 millas Terranova400 millas Terranova
Supervivientes705605
Eslora275 mts.300 mts.
Velocidad máxima25 nudos25 nudos
Botes salvavidas2420

Así cuenta el accidente Víctor Suero en su libro: "Historias Asombrosas Pero Reales": La gran publicidad del Titanic, apoyada en la soberbia inglesa de la época, anunciaba que "Ni Dios podía hundirlo", pues jamás se había construido un buque de esas características de lujo, capacidad, y seguridad. Sus 14 compartimentos estancos, y su doble fondo, garantizaban (lo cual es sólo una manera de decir, tal como lo mostró la historia) que aquella nave pudiera llevar el mote de insumergible que le habían puesto sus dueños, la compañía inglesa White Star.

El capitán, Ernesl Smith, era un hombre de la mayor experiencia y la tripulación toda fue elegida entre los mejores. Tenían todo a favor. Pero comenzaron a darse una cantidad de hechos que llevaron al desastre. Es posible que allí hayan trabajado juntos la chica del pelo suelto, la casualidad, y el duro trabajador de jeans gastados, el destino. Lo que parece seguro es que, si uno analiza ciertos detalles de lo ocurrido, casi no quedan dudas de que los del Titanio pagaron carísima su soberbia.

A las 21.40 del 14 de abril de 1912 el Messaba, un buque que navegaba por la zona, envió al Titanic un aviso de hielos flotantes. Este mensaje no llegó nunca al puente de mando porque se consideró que "esas cosas" no afectarían a semejante nave. Por lo tanto, siguieron navegando a 22 nudos, casi a toda máquina. Un nuevo navío, el Baltic, también advirtió sobre los hielos con un mensaje de alerta. George Ismay, director ejecutivo de la White Star, se ufanaba mostrando el telegrama aun a los pasajeros, diciendo que lo bueno de estar a bordo de algo como aquello hacía que no den importancia a esos detalles. Todos reían felices y seguían brindando. A las 23.40 se produce el choque, que abre todo un costado del buque a lo largo de cien metros. Pero el capitán Smith ni siquiera se inquieta.

Nada de avisos al pasaje, ni estado general de alerta máxima, ni cambios en la alegre rutina. Aquel barco era "insumergible", según todos aseguraban. La orquesta seguía tocando y la fiesta a bordo continuaba mientras los pasajeros jugaban con los trocitos de hielo que habían caído sobre la cubierta.

Era insumergible, era insumergible. No había nada que temer. Pero comenzó a hundirse, clavándose en el mar como un cuchillo filoso en la manteca caliente. Sólo había dieciséis botes salvavidas cuando debieron ser 48. ¿Para qué tantos si era insumergible, era insumergible? De todas maneras había que cumplir con las reglas y avisar de la colisión a «Iros buques. La radio emitió el pedido de auxilio pero el Californian, a solamente ocho millas del lugar, no lo recibió porque su radiotelegrafista había desconectado el aparato hacía apenas diez minutos, enojado por el trato altanero que había recibido hasta entonces de sus colegas del Titanic, que alardeaban de su buque y se comportaban como si dieran de una casta superior. La soberbia, el peor de los pecados, se pagaría muy cara. Pero el destino tenía preparadas otras jugadas increíbles.





Centenario argentino de la Revolución de Mayo y hacia el norte Revolución de México


Fuente: Sebastian Camiletti, www.youtube.com

Aquí un fragmento de la programación de "Historia del Bicentenario", en la cual se describe el centenario argentino de la Revolución de Mayo, mientras que en ese mismo año, 1910, en México nacía un revolución por parte de los campesinos, ya que reclamaban mejores condiciones de vida. esta se inició con el fin de consolidar el orden burgués, democrático y capitalista, liderado por civiles liberales. En este primer movimiento se destacaba en hacendado francisco madero, quien deseaba caducar con el régimen oligárquico y corrupto de el presidente Porfirio Díaz, quien había asumido al poder por séptima vez de manera fraudulenta en las elecciones.

El segundo movimiento estuvo liderado por dos representantes de los intereses populares: Emiliano Zapata (los zapatistas luchaban por su región y por la recuperación de las tierras del campesinado) y Francisco Villa (los villistas estaban compuestos por campesinos, rancheros, mineros y bandoleros, pero no les interesaba conformar un gobierno moderno nacionalista).

El tercer movimiento, luchaba por mantener el viejo régimen y estaba constituido por quienes habían gobernado durante aquellos últimas décadas, como Porfirio Díaz y Victoriano Huerta.

El cuarto movimiento fue el que resulto ser victorioso, el cual pretendía consolidar un gobierno nacional. Estaba liderado por Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, quienes no cuestionaban a poder preexistente; simplemente buscaron la estrategias para reemplazarlo.

Lorena Di  Lorenzo

martes, 7 de mayo de 2013

El nacimiento del Teatro Colón

  • El Teatro Colón: una maravilla argentina


El Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires es considerado uno de los mejores teatros del mundo. Reconocido por su acústica y por el valor artístico de su construcción, cumplió 100 años en 2008.

El actual edificio está emplazado entre Cerrito, Viamonte, Tucumán y Libertad, en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, y fue inaugurado el 25 de mayo de 1908 con la ópera Aida de Giuseppe Verdi. Este edificio reemplaza al antiguo Teatro Colón, erigido en la manzana que ocupa hoy el Banco Nación, frente a la Plaza de Mayo, y que funcionó entre 1857 y 1888.

La construcción del nuevo edificio llevó alrededor de 20 años, siendo colocada su piedra fundamental el 25 de mayo de 1890, con la intención de inaugurarlo antes del 12 de octubre de 1892 en coincidencia con el cuarto centenario del descubrimiento de América. El proyecto inicial fue del arquitecto Francesco Tamburini quien, a su muerte en 1891, fue continuado y modificado por su socio, el arquitecto Víctor Meano, autor del palacio del Congreso Argentino. Las obras avanzaron hasta 1894, pero se estancaron luego por cuestiones financieras. En 1904, Meano fue asesinado en su casa y el gobierno encargó al belga Jules Dormal que termine la obra. Dormal introdujo algunas modificaciones estructurales y dejó definitivamente impreso su sello en el estilo francés de la decoración.

A fines de 1907 se firmó el primer contrato de arrendamiento del Teatro Colón, aunque los trabajos de terminación del edificio estaban atrasados en relación con la fecha fijada para la inauguración de la sala, el 25 de mayo de 1908. De todas maneras, en esa fecha se llegó a realizar la primera función en la sala principal del Teatro Colón a cargo de la Gran Compañía Lírica Italiana con la ópera Aida de Giuseppe Verdi, aunque con algunas dependencias del edificio inconclusas como el Salón Dorado y las marquesinas de hierro sobre las calles Libertad y Cerrito.

DIMENSIONES FÍSICAS, CARACTERÍSTICAS, AMPLIACIONES Y REFORMAS DEL EDIFICIO

El edificio, en un estilo ecléctico propio de principios del siglo XX, abarca 8.202 metros cuadrados, de los cuales 5.006 corresponden al edificio central y 3.196 a dependencias bajo nivel del pasaje Arturo Toscanini (aledaño al edificio del teatro, paralelo a la calle Viamonte). La superficie total cubierta del edificio antiguo es de 37.884 metros cuadrados. Las ampliaciones realizadas posteriormente, sobre todo las de finales de la década de 1960 (arquitecto Mario Roberto Álvarez), sumaron 12.000 metros cuadrados, llevando la superficie total del Teato Colón a 58.000 metros cuadrados.

La sala principal, en forma de herradura, cumple con las normas más severas del teatro clásico italiano y francés. La planta está bordeada de palcos hasta el tercer piso. La herradura tiene 29,25 metros de diámetro menor, 32,65 metros de diámetro mayor y 28 metros de altura. Tiene una capacidad total de 2.478 localidades, pero también pueden presenciar los espectáculos alrededor de 500 personas de pie. La cúpula, de 318 metros cuadrados, poseía pinturas de Marcel Jambon, que se deterioraron en los años treinta. En la década de 1970 se decidió pintar nuevamente la cúpula y el trabajo le fue encargado al pintor argentino Raúl Soldi.

El escenario posee una inclinación de tres centímetros por metro y tiene 35,25 metros de ancho por 34,50 de profundidad, y 48 metros de altura. Posee un disco giratorio de 20,30 metros de diámetro que puede accionarse eléctricamente para girar en cualquier sentido y cambiar rápidamente las escenas. En 1988, se realizaron trabajos de modernización de la maquinaria escénica en el sector de las parrillas, con el fin de facilitar el manejo de los decorados y agilizar los cambios de escena.

El foso de la orquesta posee una capacidad para 120 músicos. Está tratado con cámara de resonancia y curvas especiales de reflexión del sonido. Estas condiciones, las proporciones arquitectónicas de la sala y la calidad de los materiales contribuyen a que el Teatro Colón tenga una acústica excepcional, reconocida mundialmente como una de las más perfectas.

Hace tres años que el Teatro Colón permanece cerrado debido al plan de obras que se está llevando a cabo. En un comienzo, se aprobó un llamado Master Plan que consistía en una estrategia de restauración de algunas áreas del Teatro y cuya culminación estaba prevista para el año 2012. En 2008, el recientemente asumido Jefe de Gobierno de la ciudad, Ing. Mauricio Macri, toma la decisión de otorgarle prioridad a las obras del Colón y manda a reformular el viejo plan. El nuevo plan establece las obras de recuperación de la totalidad del edifi cio y sus ampliaciones, es decir, de los 58.000 metros cuadrados y la reapertura del Teatro en mayo de 2010, en ocasión de los festejos del bicentenario de la República Argentina.

Para el logro de este objetivo, el gobierno crea la Unidad de Proyectos Especiales (UPE-Teatro Colón), responsable de concentrar todos los esfuerzos de las obras en marcha y solicita a la Legislatura un presupuesto récord. Las previsiones de inversión de la obra rondan los 100 millones de dólares (valores a enero de 2009).

          
El Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 
Mauricio Macri, 90 días de su reinauguración.
En la actualidad trabajan en las obras de  recuperación del Teatro Colón más de 500 operarios y expertos. Todas las áreas principales del Teatro serán terminadas antes  de su reapertura en mayo de 2010, mientras que las llamadas “obras  complementarias”, es decir, la construcción moderna (Bloque C) aledaña al edificio histórico, serán entregadas en 2011.




Fuente: historia, http://teatrocolon.org.ar/




   Aquí un video de la reinauguración del Teatro 
   Colón el 24 de mayo del 2010, año del      
   Bicentenario de la Revolución de Mayo 
   transmitido por la cadena de televisión C5N.
                               Lorena Di Lorenzo

   Fuente: c5n, www.youtube.com

Petróleo!!! Petróleo!!!!


"... cual Comodoro, buscando agua encontró petróleo, pero se murió de sed...", cantaba Facundo Cabral a principios de los '70, haciéndose eco de la historia oficial de la ciudad "Capital Nacional del Petróleo". Pero, revisionismo histórico mediante, parece ser que aquel 13 de diciembre de 1907 no era solamente agua lo que se anhelaba, sino que realmente se estaba explorando la cuenca del golfo San Jorge en búsqueda de hidrocarburos.
Comodoro en sus iniciosComodoro a principios del siglo XX. Según el revisionismo histórico, el descubrimiento de petróleo no habría sido tan casual como siempre se creyó.
Comodoro Rivadavia nació oficialmente como ciudad en 1901, por medio de un decreto del Poder Ejecutivo Nacional. El lugar de su emplazamiento dista 160 kilómetros del espejo de agua dulce más cercano: el lago Muster, en cuyas orillas se emplazaba la colonia agrícola "Ideal" -la actual localidad de Sarmiento-. Los manantiales naturales abastecían a Comodoro, pero eran insuficientes para calmar la sed de la población.
Por ello, en 1903 la Dirección de Minas, Geología e Hidrología de la Nación mandó a Comodoro una máquina perforadora que, tras alcanzar estérilmente los 172 mts. de profundidad, se dio por vencida. En 1906 desembarcó en la ciudad una nueva máquina para hallar agua, un equipo Fauck traído de Alemania por iniciativa de Julio Krause, jefe de la Dirección de Minas de la Nación. Se ubicó la perforadora a unos tres kilómetros al norte del cerro Chenque, como indicaron los estudios de suelo realizados previamente. En marzo de 1907 comenzó a perforar.
Entre los trabajadores estaban José Fuchs (Fucks, en realidad) y Humberto Beghín, ambos técnicos venidos de Alemania. Pasaron varios meses de infructuosos intentos. Se llegó a los 500 metros bajo tierra, pero el agua no brotaba. Krause dio orden de pasar el límite de la máquina. El 12 de diciembre de 1907 comenzó a salir un líquido aceitoso, burbujeante, con olor a kerosene. El 13, cuando se alcanzaron los 540 metros de profundidad, se confirmó la existencia de combustibles. Había nacido la Capital Nacional del Petróleo.

Una visión diferente

La memoria popular, retroalimentada por los medios de comunicación, mantuvo en vivo esta visión sobre el descubrimiento fortuito del petróleo. Pero desde el punto de vista científico este relato no es aceptado.
Desde 1904 el gobierno realizaba relevamiento geológicos y mineralógicos en distintas regiones del país y, como explica la historiadora patagónica Graciela Ciselli en su investigación "Los italianos al sureste del Chubut", ya desde fines del siglo XIX se exploraron distintas regiones del país en busca de minerales, para lo que se adquirieron en el extranjero máquinas perforadoras y aparatos de sondaje destinados a tal fin.
El Ing. en Minas Enrique Hermitte, quien fuera encargado de la Dirección de Minas, Geología e Hidrología en 1904 comentó, años después, que
"el descubrimiento del petróleo en Comodoro Rivadavia es una consecuencia, si no directa, por lo menos mediata del superior decreto de octubre de 1904 disponiendo la confección del Mapa Geológico y Económico de la República y de la manera cómo se encaró su resolución".
Por su parte las historiadoras neuquinas Orietta Favaro y Marta Morinelli en su libro Petróleo, estado y nación, hablan del "mito fundante de la explotación petrolera argentina", el del descubrimiento casual en Comodoro Rivadavia. Con sus trabajos, las investigadoras demostraron que el hallazgo fue deliberado y con objetivos precisos, lo que no excluye que al mismo tiempo se buscara agua.
Pozo petrolero, Comodoro Desde fines del siglo XIX se exploraron distintas regiones del país en busca de minerales.
Asimismo, citan a Hermitte, cuando manifiesta que se han confundido los hechos referidos al descubrimiento del petróleo, atribuyendo su hallazgo a una casualidad,
"cuando en realidad ha sido tan solo una buena suerte para aquellos que implantaron el estudio del subsuelo profundamente convencidos de que algún día debe contribuir al desarrollo económico del país en proporciones comparables a la agricultura y a la ganadería...".
Desde las últimas década del siglo XIX se conocía la existencia de combustibles en el suelo patagónico. En 1890 y 1895 el perito Moreno estuvo a 15 kilómetros al sur de Comodoro Rivadavia, en la actual villa Rada Tilly, y dejó sentado que aquella zona tendría gran impulso por sus puertos o por la explotación de kerosene.
Por otra parte, el escritor comodorense Asencio Abeijónhizo referencias en sus crónicas a que los indígenas prendían fácilmente sus fogatas ayudándose con brea.
Lo cierto es que en el marco de una política de exploración mineralógica del subsuelo nacional, se trasladaron a Comodoro equipos de perforación alemanes, se contrataron técnicos en perforación alemanes -Fucks, Beghín- y que una vez llegado al límite de profundidad de la maquinaria (500 metros), Beghín recibió un telegrama ordenándole que
"... en campamento llegar a quinientos metros que es el poder de la máquina, refuerze el asunto y trabaje con precaución para evitar accidentes...". Los investigadores sospechan que son demasiadas molestias para andar buscando solamente agua.
Es así que una vez atados los cabos sueltos de la historia petrolífera argentina, los historiadores infieren que la consigna de los trabajos en 1907 era "Buscar agua y encontrar petróleo", lo que da por tierra con la imagen del descubrimiento accidental de hidrocarburos en Comodoro Rivadavia.

Fuente: El Mito del petróleo, http://www.patagonia.com.ar/

La Guerra Ruso - Japonesa

Tanto el emperador japonés, Matsu-hito, como el zar ruso, Nicolás II Romanoff, abrigaban propósitos expansionistas: ampliar territorio equivalía a obtener más y mejores puertos y ventajas comerciales; ambos ambicionaban anexar a Corea. Con una soberbia que no sólo le impedía ver que su pueblo moría de hambre, que su país decaía por los efectos de una economia estancada, y que Japón había alcanzado un desarrollo tecnológico y militar similar al de Occidente, Romanoff hostigó al país del Sol Naciente hasta que la flota nipona destrozó a la rusa en Port Arthur, en 1904, y, simultáneamente, se apoderó de Corea.



La guerra duró solo un año. Se combatió por tierra en Manchuria, pero el aniquilamiento de los barcos rusos en Tsushima obligó al zar a declararse vencido, y en septiembre de 1905 su delegado firmó la rendición. Japón obtuvo derechos ferroviarios en Manchuria, los puertos de Dairén y Port Arthur, la península de Liao­tung, la mitad de la isla de Sahalín y el reconocimiento ruso de su derecho a Corea.

Tras la victoria japonesa en la guerra con China, la presión de Rusia, apoyada por Alemania, había obligado al Japón a devolver Port Arthur y Manchuria a China. Rusia, incumpliendo la promesa hecha a Japón, ocupó Manchuria tras la revuelta de los Boxers chinos y obtuvo el arrendamiento de Port Arthur como base naval libre de hielos que permitía a su flota de extremo oriente un puerto libre de hielos.

La ocupación de Manchuria por Rusia significaba una amenaza para Corea, cuyo gobierno era tributario del Japón. La infiltración de agentes rusos en Corea trajo como resultado que el gobierno coreano, deseoso de librarse de la tutela japonesa, les concediera una base naval próxima a las costas del Japón.

El gobierno japonés, considerando la penetración rusa en Manchuria y Corea una amenaza a su seguridad, requiere a Rusia para que abandone Manchuria en cumplimiento de los acuerdos de 1900. Rusia dilata las conversaciones diplomáticas durante 2 años. Japón harto de esperar en vano la respuesta rusa, rompe relaciones diplomáticas el 6 de febrero de 1904.
La Guerra Ruso-japonesa comenzó el 8 de febrero de 1904 cuando los japoneses atacaron las naves rusas fondeadas en Port Arthur. A finales del siglo XIX, Rusia había negociado con China el derecho a ampliar la ruta del ferrocarril Transiberiano a lo largo de la zona china de Dongbei Pingyuan (Manchuria) para establecer una base estratégica en Port Arthur. Este conflicto asentó la posición de Japón como potencia mundial.

En la noche del 7 al 8 de febrero de 1904, la flota japonesa se acerca de noche a Port Arthur y sus torpederos penetran en la rada del puerto para atacar a la flota rusa. Pillados de improviso, la mitad de los grandes buques rusos del Pacífico son hundidos o averiados. Sólo se salvan cuatro acorazados y algunos cruceros.

Almirante Ruso Marakov
A los pocos días cuatro ejércitos japoneses desembarcan en Corea y la Península de Lin Tao, donde se encuentra Port Arthur. En Corea los japoneses ocupan el territorio y llegan hasta el río Yalú, límite entre ésta y Manchuria. En las batallas de Siui Ju y Kinchao los rusos son derrotados y obligados a replegarse hasta el interior de Manchuria. En las proximidades de Port Arthur, los japoneses derrotan a los rusos en las sangrientas batallas de Wafang y Liao Yang. Port Arthur estaba ahora cercada.

Entretanto, los restos de la flota rusa del Pacífico, tanto de Port Arthur como de Vladivostock son destruidas en diversos encuentros. Los ejércitos japoneses se lanzan al asalto de Port Arthur cuya guarnición se defiende heroicamente. Fuerte a fuerte, posición a posición, los japoneses van estrechando el cerco. Ahora sus cañones pesados tienen a su alcance a los restos de los buques rusos supervivientes que son sistemáticamente hundidos. 

Trofeo de Guerra Japonés
En un último intento de rescatar Port Arthur, 160.000 rusos con más de 800 cañones atacan en Sha-Ho a 260.000 japoneses con 1.200 cañones. A pesar de que inicialmente un movimiento de flanqueo ruso sobre un ala japonesa parecía tener éxito, éste fue rechazado y, al finalizar la batalla el desastre ruso era inconmensurable. 60.000 rusos muertos, heridos o prisioneros jalonaban el campo de batalla. Las pérdidas japonesas fueron también numerosas. Port Arthur se rindió en febrero de 1905.

Mientras los japoneses penetraban profundamente en el interior de Manchuria, avanzando hacia su capital, Mukden, la flota rusa del Báltico se aproximaba hacia Port Arthur. Cerca de Mukden los rusos, con 350.000 hombres y 1.200 cañones, hicieron su último esfuerzo para contener a los 550.000 hombres y 1.500 cañones del victorioso ejército japonés. La humillante derrota fue aún más sangrienta que la anterior. Ahora la misma Siberia estaba amenazada.

La flota rusa del Báltico avanzaba ya entre Japón y China cuando fue interceptada cerca de la Isla de Tsushima por la flota japonesa. Aunque de fuerzas equivalentes, el genial uso táctico de la flota japonesa por el Almirante Togo destruyó por completo el poderío naval ruso. La revolución de 1905, que estalló en Rusia obligó a ésta a pedir la paz. Rusia sembraba el germen de la caída del zarismo y Japón era reconocido por todo el mundo como una gran potencia militar. El poder ya no era sólo blanco.


Fuente: La Guerra Rusia-Japón, www.portalplanetasedna.com.ar